Alergia al ozono: Aunque es rara, algunas personas pueden presentar reacciones alérgicas.
Favismo (deficiencia de G6PD): El ozono puede provocar anemia hemolítica en pacientes con esta condición genética.
Hipertiroidismo no controlado: El ozono puede estimular la función tiroidea.
Infarto agudo al miocardio reciente: Podría afectar la oxigenación del corazón.
Embarazo: No hay suficientes estudios que avalen su seguridad en gestantes.
Hemorragias activas o trastornos graves de coagulación: El ozono tiene efectos anticoagulantes leves.
Hipotensión arterial: El ozono puede causar una leve bajada de presión.
Epilepsia o convulsiones: En algunos casos, podría desencadenar crisis.
Intoxicación alcohólica aguda: Puede potenciar efectos adversos.
Enfermedades autoinmunes avanzadas: Podría estimular excesivamente el sistema inmunitario.
Cáncer (dependiendo del caso): Algunos médicos lo usan como complemento, pero otros lo desaconsejan por falta de evidencia concluyente.
Dolor o hematomas en el sitio de inyección.
Mareos o fatiga transitorios.
Infección (si no se usan técnicas estériles).
Neumotórax (raro, pero puede ocurrir si se aplica mal en la zona torácica).
Siempre debe ser administrada por un médico especializado en ozonoterapia, quien evaluará tus condiciones de salud antes del tratamiento.
Si tienes alguna enfermedad específica o estás tomando medicamentos, consulta antes de probar esta terapia. ¿Necesitas información sobre algún caso en particular?